lunes, 8 de junio de 2009

Bicicletas e impresoras

Erase una vez...

El otro día llegaba tarde a entregar un trabajo y me fui pitando con la bici a la universidad. Cuando llegué me di cuenta de que no había imprimido el trabajo (si, todavía hay algún profesor que quiere el trabajo impreso) y tuve que inventarme una grandiosa excusa, en concreto esta:

"Lo siento señor, pero en la copistería se habían quedado sin tinta. Me he ofrecido a ir a buscarla al almacén por agilizar la espera y cuando he llegado de vuelta con la tinta, resulta que había una manifestación de "perroflautas" en la puerta que reivindicaban los derechos de los árboles porque, por lo que se ve, sólo se talan los derechos que los torcidos no pasan bien por la máquina y decían que eso era discriminación. Al grano, que cuando les han echado agua y se han disuelto cual "Tang", sólo Dios sabe si, porque están hechos de barro o porque le temen al agua, he podido entrar a la copistería. Pero en ese momento justo era la hora del bocadillo de la empleada y la ha cumplido enterita. Una hora se ha tirado para comerse un "sanwiche" de pepino, si, de pepino que por lo que se ve le habían dicho que rejuvenecía cuerpo y mente. Discrepo. Mi teoría es que ralentiza el tiempo y te da la sensación de que vives más. Es humanamente imposible que te cueste una hora masticar un "sanwiche" de pepino de 10 x 10cm. Después del bocadillo y cuando por fin me ha impreso el trabajo, ha venido un perro y se ha comido la impresora/fotocopiadora y después, cuando pensaba que se iba a comer mi trabajo, simplemente lo ha cogido y se ha limpiado el morro con él. Era una bestia pero tenía buenos modales..."

En fin, que se lo ha creído pero me parece a mi que no me salvo otra vez con la misma excusa y como yo las cosas buenas no las tiro, pues no me quedan slots libres para inventarme otra excusa, así que he pensado que sería bueno comprarme una impresora para casa.


Sin embargo, he pensado que sería aun mejor tener una impresora portátil y, ya que estoy, sería colosal que esta estuviera integrada en la bici. Así que me he puesto a pensar y lo he llevado a cabo:


Así como lo veis, me he pillado una impresora y la he fijado a la bicicleta. Luego me he dado cuenta de que necesitaba drivers, y como en mi bici sólo hay sitio para uno (yo), he desechado la idea de la impresora que imprima. Como la garantía estaba anulada por algún extraño motivo relacionado con no se que política de no poder agujerearla o algo así, le he dado otro uso:


Si, ahora es mi cajoncito personalizado para meter el candado, apuntes y gatos. Si os mola la produzco en serie.

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