Los hermanos mayores son, literalmente, esos seres vivientes que desde que naces, se ven obligados a compartirlo todo contigo incluída la sangre. Ya en la naturaleza, si nos fijamos en los animalejos, veremos que a los hermanos mayores no les hace ninguna gracia tener que compartir con el pequeño nada de nada, y por ello Dios les dotó con una cualidad que (hablando de los animales) les hace invencibles frente a los pequeños, se llama TIEMPO.
Con el tiempo de ventaja del que goza un animal respecto a su hermano, este se hace más grande, más fuerte y más ágil, y como resultado, si nos fijamos en los polluelos de un nido, el animal de mayor tamaño, a parte de que va a comer más porque sus padres lo ven como un boleto ganador, en cuanto adquiera la fuerza suficiente le arreará un empujón al pequeño y lo tirará del nido para que muera. Lo reconozco, esto es un poco bestia y prácticamente se da solamente en las aves, algunos peces y anfibios. Los peces y anfibios no se tiran del nido unos a otros listillos que sois unos listillos, se limitan a comerse y punto, de hecho, un caso extremo es el de los tiburones, los cuales se gestan en el interior de la madre pero sin recibir aporte de nutrientes exceptuando los que van incluídos en el huevo, es decir, sin alimento externo alguno y, por ello, el primero que nace (nacen de huevos) se dedica a comerse a todos sus hermanos (que pueden ser muchos), pasando de medir 20cm hasta medir más de un metro (en algunas especies). Este comportamiento se denomina
canibalismo intrauterino y lo podéis ver en el siguiente video:
Si cogemos todo este rollo anterior y lo pasamos a la especie humana, vemos que nosotros presentamos los mismos, síntomas más uno. El hermano mayor tendrá pues, más fuerza, más tamaño, más agilidad y más experiencia/inteligencia. En mi caso, cuando nací, a mi hermana mayor (apenas un año y poco más que yo) no le hizo gracia e intentó acabar conmigo de varias formas pero haciendo que pareciera un accidente. Por ejemplo, cuando yo todavía era un neonato, me introdujo un adoquín del Pilar en la boca (un adoquín es un caramelos de unos 5x3x2cm, vamos un ladrillo) mientras yo estaba en la cuna y me salvé porque alguien lo vió.
En otra ocasión, al poco tiempo, me colocó encima casi 40 libros para que "aprendiera a leer" y, cuando ya estaba medio azul me rescataron. Ya siendo un poco más mayor me convenció para que me metiera en una caja de cartón y así tirarme rodando por las escaleras, gracias a Dios que tengo la cabeza muy dura y sólo me salieron unos chichones. Otro día contaré alguna más, porque la cosa no quedó ahí.
En este caso, quiero mostraros un claro ejemplo de todo esto, el hermanito mayor que quiere acabar con el pequeño pero sin que se note mucho. Casi lo logra....