La cosa es que no paro de pensar:
"¿Cómo se le ha ocurrido al tiparraco este el acumular tal cantidad de ladrillos en su cabeza?"
Y la respuesta me ha venido a la mente golpeándome con la contundencia de: "la farola que no has visto por estar mirando a donde no debías". Pues bien, mi teoría es que antes de ir al barco este a por los ladrillos, ese par de ciudadanos estaban en algún tuguriu de una ciudad de impronunciable nombre, en algún aústero país de esos en los que todo bicho viviente es, ó venenoso ó capaz de ejercerte un daño crítico de +35 hacia arriba.... volviendo al tema, me los imagino en el tugurio anteriormente mencionado, bebiendo un vaso de guaraná mientras juegan al poker, cuando de repente, vence el sujeto "portador" la partida y como premio el "lord of the bricks" le dice que le regala todos los que pueda cargar con la cabeza, sin saber que este tío es avaricioso a más no poder, es más, es tan avaricioso que prefiere ser expulsado del equipo nacional de baloncesto antes que no coger un ladrillo más. ¡Ni que fueran diamantes!, que por si no os habéis fijado son simples ladrillos de adobe, es decir, ¡barro y paja!.
Ahora que lo pienso.... el adobe convierten al "portador del ladrillo" en:
el Sr. Adobe Acrobatcia.
Adelante monillos, comentad vuestra opinión de este extraño comportamiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario